Teniendo en cuenta que por poco tiempo que tengamos para estar con ellos siempre hay situaciones de interrelación e intercambio, os propongo en principio cinco grandes consejos:
HABLADLES, DESDE QUE NACEN. Cuantas más palabras escuchen más palabras conocerán, más palabras podrán entender y utilizar en su conversación diaria. Al enriquecer el lenguaje se enriquece también el pensamiento.
ESCUCHADLES. Cuanto más se les escuche y se aprecie lo que dicen, mejor podrán desarrollar patrones de lenguaje apropiados y se sentirán importantes por comunicar lo que sienten, piensan o quieren.
QUE OS VEAN LEER CADA DÍA. Cada vez que lo hacéis estáis desarrollando su aprecio por los libros y por la lectura.
CONTADLES O LEEDLES HISTORIAS, CUENTOS O POESÍAS, CADA DÍA Con ello les estáis familiarizando con un lenguaje más elaborado, que es el instrumento idóneo para su desarrollo intelectual.
AYUDADLES A AUMENTAR SU VOCABULARIO. Estimuladles para que hagan preguntas sobre todo lo que les rodea. Con dos condiciones: que os comprometáis a contestarlas todas en un lenguaje que puedan entender y que les dejéis claro que todas las preguntas son buenas y por preguntar nunca harán el ridículo.
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